jueves, 24 de mayo de 2012

¿Y si me tiemblan las piernas?

 Porque lo hacen cada vez que pasas por mi lado, que me miras, que me sonríes.. Y ya no te digo cuando me hablas. 
 Guardo en mi memoria todos los "te quiero" que me dices, los abrazos que me das y todas nuestras conversaciones en silencio, únicamente con miradas. Guardo también la sensación de hormigueo que me sube por la barriga cada vez que me coges la mano por la calle, o por la cintura, para besarme bajo la lluvia.
 Me encanta la delicadeza con la que me tumbas en tu cama cada noche, con la que me rozas los labios cuando sonrió, es exactamente la misma dulzura con la que me dices ese buenos días, Princesa; cuando me despierto a tu lado y llevas rato viéndome mientras duermo. ¿Y sabes que me encanta también? Escuchar tu voz durante horas todas las noches, que te quedes dormido, y recrearme unos minutos escuchando como respiras antes de colgar.
 Sé que tienes el poder de adivinar las cosas a través de mis ojos, que con una sonrisa no te engaño y que, con un abrazo y un beso, siempre se arregla todo. Pero lo que realmente sé, es que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, que me sigas sonriendo cada vez que me comporto como una niña, que me hagas cosquillas y me mates a besos, cuando me enfurruño; que cada sábado de verano vayamos a la playa a ver las estrellas, y me digas que si consigo contarlas todas sabré lo mucho que me quieres y me querrás mientras sea la única mujer de tu vida, porque algún día tendré que compartirte, pero con nuestra hija.

No hay comentarios:

Publicar un comentario