jueves, 24 de mayo de 2012

¿Y si me tiemblan las piernas?

 Porque lo hacen cada vez que pasas por mi lado, que me miras, que me sonríes.. Y ya no te digo cuando me hablas. 
 Guardo en mi memoria todos los "te quiero" que me dices, los abrazos que me das y todas nuestras conversaciones en silencio, únicamente con miradas. Guardo también la sensación de hormigueo que me sube por la barriga cada vez que me coges la mano por la calle, o por la cintura, para besarme bajo la lluvia.
 Me encanta la delicadeza con la que me tumbas en tu cama cada noche, con la que me rozas los labios cuando sonrió, es exactamente la misma dulzura con la que me dices ese buenos días, Princesa; cuando me despierto a tu lado y llevas rato viéndome mientras duermo. ¿Y sabes que me encanta también? Escuchar tu voz durante horas todas las noches, que te quedes dormido, y recrearme unos minutos escuchando como respiras antes de colgar.
 Sé que tienes el poder de adivinar las cosas a través de mis ojos, que con una sonrisa no te engaño y que, con un abrazo y un beso, siempre se arregla todo. Pero lo que realmente sé, es que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, que me sigas sonriendo cada vez que me comporto como una niña, que me hagas cosquillas y me mates a besos, cuando me enfurruño; que cada sábado de verano vayamos a la playa a ver las estrellas, y me digas que si consigo contarlas todas sabré lo mucho que me quieres y me querrás mientras sea la única mujer de tu vida, porque algún día tendré que compartirte, pero con nuestra hija.

Los soñadores sin billete,



tampoco vamos a ninguna parte.

lunes, 21 de mayo de 2012

Solía decir, "te quiero".

 Las lágrimas le caían por los pómulos, temblaba, encogida, mientras escuchaba sus suplicas por detrás de la puerta. Silencio. Se levanta con cuidado, se lava la cara, se recoge sus rizos para verse las magulladuras de la cara y los hombros; se pega a la puerta y escucha el sonido de la puerta de la calle. Silencio. Sale del baño con cuidado y tras comprobar que el pasillo estaba vacío, corre a la habitación del fondo, a la suya, y mira con delicadeza debajo de la gran cama de matrimonio, estaban allí, asustadas, sus pequeñas ganas de sonreír cada mañana. Las vistió rápido, con cualquier cosa, pero guapas; no quería que se dieran cuenta de lo que pasaba; llegaba con que ella tuviese miedo. Las niñas empezaron a corretear y reír por toda la casa. Se giró hacia ellas mientras se cambiaba, con un dedo delante de la boca. Silencio. Volvió a escuchar mientras hacía un par de llamadas teléfono. Silencio. Salió con sus hijas de la mano por las escaleras, por si regresaba, un taxi las esperaba abajo, era el camino a la libertad; lejos de ataques, golpes, moratones y malas palabras. Con las dos niñas dentro, escuchó su nombre, se giró y lo miró a él, allí de pie; estaba enfadado y ella lo sabia, conocía esa cara. Tembló por un segundo, pero se metió dentro, cerrando la puerta tras ella. Silencio. La libertad era suya, y ahora, solo para ellas tres.

domingo, 20 de mayo de 2012

De valientes está el cementerio lleno.


 ¿Cuántas veces has creído que no le importas nada?¿Y qué no te necesita?¿Cuántas veces te has sentido impotente, después de que te colgase o se desconectase sin explicación? Esa es la peor sensación de todas, darlo todo por todos, como el sol que siempre está ahí para nosotros; y luego creer que no lo valoran, que no le dan importancia. 
 De valientes está el cementerio lleno, es mejor ir con calma, dejarte ayudar, ¿consigues algo yendo de valiente y luego hundiéndote como el Titanic solo en tu cuarto?. La gente, bueno no, la gente no, tus amigos; no quieren ver que se borre esa sonrisa de tu cara y si pasa, hacen lo hasta lo imposible porque vuelva a aparecer cuanto antes. Usan la magia llamada, "ellos te conocen", pueden conseguir que el peor día de tu vida, acabe siendo uno de esos que quieres recordar siempre, "soplar tus nubes grises" dirían los más poéticos. En serio confía, son mejores que cualquier cómico, más comprensivos que un psicólogo y me aventuraría a decir que incluso alguno, te conoce mejor que tu madre; que es más que un hermano. O es que tú, si tú, el que está leyendo esto ahora mismo, ¿conoces algo mejor que tomarte unas cañas con tus amigos en verano o ver una película en casa en invierno, con ese al que llamas mejor amigo? Porque desde mi punto de vista no hay nada mejor, que quien te quiere tal y como eres, en tus idas y venidas, así, sin cambios.

Lo pequeño es grande día a día.


 Nunca se había encontrado en esa situación, siempre era la más bajita, también la más pequeña, pero esto era diferente; tenía que demostrar lo que valía. Con el balón en las manos, espera nerviosa el sonido del soplido del árbitro; que no llegaba. Una corriente del norte sopla a su espalda, era frío, nada parecido a las brisas calidas del sur del Atlántico. Ya estaba sumergida en sus estrategias cuando sonó el primer pitido, largo, firme, claro.. El balón comienza a deslizarse de unas manos en otras, ida y vuelta, el peso del equipo carga sobre ella, que a la tercera vuelta lo coge con fuerza para evitar que se caiga y avanza fuerte hacia su destino, el roce de la red. Dos soplidos cortos, baja llena de orgullo a cubrir su puesto en la defensa, otra vez ella sola ante el peligro, sus seis compañeras le cubren las espaldas. Se aproxima rápidamente, está tranquila al fin, sabe lo que tiene que hacer y lo más importante, sabe que puede hacerlo; se mantiene en tensión, los músculos de sus diminutas piernas se marcan tras su morena piel y cuenta, uno, dos y se abalanza rápidamente sobre el pase destinado a otra persona, vestida de otro color. Avanza rozando el balón a ratos, con grandes zancadas hacia la portera, sola bajo los tres palos, tres pasos y desde su visión de pájaro suspendido en el aire, suelta el balón con precisión y la fuerza justa, no mira, sale corriendo y escucha otra vez dos soplidos equidistantes; una sonrisa se muestra en su cara y por su pensamiento solo pasa una cosa: -Este es el principio-.
 Suena la bocina final, después de haber luchado durante tres días enteros, se reúne con sus catorce compañeras, ríen, se abrazan. Cuando entró en el vestuario todas cantaban, no tardó en unirse a los cánticos por la victoria.
 Están todas listas y alguien empieza a hablar, empiezan a dar premios a jugadoras, escuchan, esperanzadas de llevarse para casa el premio a la mejor portera, se decepcionan, ninguna de sus tres compañeras lo lucirá en la estantería de su cuarto. Ya sin esperanzas de aspirar a nada más que al primer puesto se relaja, de los altavoces salen las palabras, -que se acabe ya- piensa ella, -el premio a la mejor jugadora es para- todos los equipos tienen tensión, hasta el suyo, todas las jugadoras lo tienen, todas menos ella. Cuando ya estaba pensando en cuando llegaría a casa, dicen el nombre, pero ella no lo escucha, todas sus compañeras se giran, la victorean -¿Qué  pasa?- piensa, su entrenador la coge en brazos, la abraza, -No puede ser-, la lleva hasta un hombre grande que le da dos besos, ve la copa y se da cuenta de lo que estaba pasando. Había luchado por su equipo, y ella también había ganado. De repente toda la grada se levanta y empiezan a corear, sonríe, suena conocido, -..kilele kilele, amo amo kilele, a conga y a vonga, a conga babilonga..- se une a ellas dando botes.

Mantenerme haciendo el fiera, como el pez en su pecera.

Hoy es uno de esos días en los que me doy cuenta que ya no soy tan fuerte como antes, que ahora necesito a gente, cuando hasta hace un par de meses me bastaba yo sola. Tengo que admitir que me hace falta un abrazo diario (como poco) y que la gente me sonría para que el día, acabe bien.
Las cosas están cambiando, me hago mayor, me arreglo más, digo menos tacos, protejo el triple a los que quiero e incluso me agoto con la mitad. Me estoy volviendo perezosa, me miro más en el espejo, pero aun sigo adorando dormir; es una de mis mayores aficiones.
El otro día cogí un libro, hacía un montón que no leía, creo que no recordaba que me gustara tanto leer, Zafón lo siento; ahora mismo Mark Levy te gana ventaja en mi estantería. 



No es solo un cambio de autor, es un cambio de estilo, los libros, la ropa, TOMO APUNTES EN CLASE DE MATES; apuesto que hay gente que no se lo cree, como no se creían que me iba a poner una americana alguna vez en mi vida, que fuera capaz de aprobar lengua a la primera o cuando dije que iba a dejar de fumar.
Pero ahora, también soy mas cariñosa, menos borde y digo las cosas con algún rodeo, a veces, para evitar hacer daño a la gente que quiero. Mis niños, mis veinticuatro enanos, dirian ahora mismo: "No mientas, que eres una gruñona", y la verdad es que tendría que empezar a sonreir más.
La vida cambia, los años pasan, puedo llegar a admitir que estoy siendo hasta un poco bipolar, cosa que cuando es en los demás me desquicia, pero es verdad estoy teniendo días en los que empiezo en lo mas alto y sin darme cuenta parece que mi mundo, mi vida, mis sueños, se van a la mierda.. Algunos de mis amigos dicen que pasa cuando creces, que piensas más, que te envenenas con nada, que es cosa de la edad.
El problema es que yo no quería crecer, es algo que no pedí.

sábado, 19 de mayo de 2012

Pintores, filósofos, creadores, inventores, genios; incomprendidos soñadores.

No miento cuando digo que todas y cada una de las personas del mundo, tienen sueños. Algunos fáciles de conseguir y otros, por el contrario, muchísimo más inalcanzables. 
Desde mi punto de vista, puedes tener en la palma de tu mano todo lo que sueñes o imagines, ponte un reto, piensa que puedes conseguirlo y busca a las personas que quieran que lo consigas; no entran aquí los "amigos" que te dicen que tardarás mucho o que es muy difícil. Nada es demasiado difícil, a veces, sólo faltan las verdaderas ganas de intentarlo o el miedo a que salga mal.
Si todo el mundo se hubiese rendido por el miedo a fracasar, la vida seria gris, las casas aún cuevas y hablaríamos por gritos y gruñidos como los animales.
Pintores, filósofos, creadores, inventores, genios, incomprendidos soñadores, gracias.