domingo, 20 de mayo de 2012

Mantenerme haciendo el fiera, como el pez en su pecera.

Hoy es uno de esos días en los que me doy cuenta que ya no soy tan fuerte como antes, que ahora necesito a gente, cuando hasta hace un par de meses me bastaba yo sola. Tengo que admitir que me hace falta un abrazo diario (como poco) y que la gente me sonría para que el día, acabe bien.
Las cosas están cambiando, me hago mayor, me arreglo más, digo menos tacos, protejo el triple a los que quiero e incluso me agoto con la mitad. Me estoy volviendo perezosa, me miro más en el espejo, pero aun sigo adorando dormir; es una de mis mayores aficiones.
El otro día cogí un libro, hacía un montón que no leía, creo que no recordaba que me gustara tanto leer, Zafón lo siento; ahora mismo Mark Levy te gana ventaja en mi estantería. 



No es solo un cambio de autor, es un cambio de estilo, los libros, la ropa, TOMO APUNTES EN CLASE DE MATES; apuesto que hay gente que no se lo cree, como no se creían que me iba a poner una americana alguna vez en mi vida, que fuera capaz de aprobar lengua a la primera o cuando dije que iba a dejar de fumar.
Pero ahora, también soy mas cariñosa, menos borde y digo las cosas con algún rodeo, a veces, para evitar hacer daño a la gente que quiero. Mis niños, mis veinticuatro enanos, dirian ahora mismo: "No mientas, que eres una gruñona", y la verdad es que tendría que empezar a sonreir más.
La vida cambia, los años pasan, puedo llegar a admitir que estoy siendo hasta un poco bipolar, cosa que cuando es en los demás me desquicia, pero es verdad estoy teniendo días en los que empiezo en lo mas alto y sin darme cuenta parece que mi mundo, mi vida, mis sueños, se van a la mierda.. Algunos de mis amigos dicen que pasa cuando creces, que piensas más, que te envenenas con nada, que es cosa de la edad.
El problema es que yo no quería crecer, es algo que no pedí.

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