viernes, 29 de junio de 2012

Olor a..VERANO.

 Todo el mundo sabe como huele el verano, como se siente el verano.
 Dormir hasta tarde, acostarse más tarde aun, sol, playa, calor, fiestas y sueños por cumplir.
 Pero lo más parecido a un amor de verano que encontraremos la mayoría, va a ser la historia que tendremos cada noche con las sabanas al irnos a dormir. Si viajamos, echaremos de menos lo de casa y quien sabe, igual cuando volvamos ya nada es lo mismo; y si no viajamos, queremos irnos lejos para vivir aventuras. Seamos realistas, nunca nos gusta lo que tenemos. Pero es así somos inconformistas, nos gusta vivir aventuras, pero sin salir de casa; enamorarnos, pero no creer nunca que se puede acabar hasta que pasa, y claro, nos rompen el corazón. ¿Y cuáles son las consecuencias? Nos encontramos, con el mejor verano de nuestra vida sin salir de la ciudad de siempre, con la misma gente de cada día, sin vivir aventuras realmente nuevas, pero dándote cuenta de que te haces mayor, de que le sacas cada vez más partido a los días y que en realidad, aun que tengas pocos amigos de verdad, ellos son los que realmente un verano valga la pena. 
Déjate de viajes caros, de buscar amores incondicionales o aventuras mal paradas, el verdadero olor a verano llega cuando pasas el tiempo con los amigos de verdad y no paras de reír.

jueves, 14 de junio de 2012

Y cuando creía que nada más podía ir a mal,

llegas tú y me dices que te vas, y que te vas a Alemania.
 Al ver mi reacción ante la noticia, me preguntaste si me iría contigo y la verdad es que ganas no me faltan. ¿Pero qué hago yo allí, en la ciudad de los desastres? Seguro que sólo para seguir con mi buena suerte, contruirían un segundo muro en Berlín, que nos cogería separados.

sábado, 9 de junio de 2012

Solía tener miedo.

 Desde el día que entraste por la puerta, mis ojos se clavaron en el brillo de los tuyos. Tú no lo sabes, pero en ese momento mi mente se centro en ti, fue como un eclipse lunar en pleno agosto de Sevilla. 
 Te sentaste a mi lado, y mi corazón, latía tan fuerte que pensé que llegarías a escucharlo. Pero eso, no pasó. Me convertí en un puñado de nervios absurdos, sabía que eras el chico de mi vida, con tu pelito largo, tu polito y ese jersey azul que nunca te quitas de encima.
 Ahora al recordarlo me doy cuenta de que nunca tuve que dejarte marchar, de que el roce de otras manos no hace que se me ponga la piel de gallina, ni que nadie me prepara leche cada mañana y me la trae a la cama después de una noche larga durmiendo abrazados.. Más bien ya nadie me abraza mientras duermo desde que no estás. 
 Ni tampoco me encuentro al llegar cada sábado por la mañana a casa una rosa sobre mi cama, acompañada de una tarjeta escrita en letra cursiva, y con la frase más sencilla y concisa del mundo: te quiero. Todos los hombres creen que estoy loca cuando propongo uno de los planes absurdos que se me ocurrían con frecuencia, de esos que después nos reíamos durante días después.
 Me había acostumbrado a ti, a tus susurros, a tus besos, a tus caricias. ¿Recuerdas que solía tener miedo por casi todo? Por si algún día te ibas con una mas guapa, más lista o simplemente con más dinero que yo. También cabía la posibilidad de encontrar un monstruo bajo mi cama, hasta que tu te metías en ella, a mi lado. ¿Recuerdas como me reía cada vez que llegabas al galope como un príncipe rescatando a su princesa para matar a la gran bestia que me retenía? Sí, maravillosas arañas.
 Lo admito era una miedosa, pero solo porque te tenía a ti para que me defendieses.. Desde que no estas, desde que te fuiste de mi lado, no tengo miedo a nada, porque nada me puede hacer más daño que tu ausencia.
Ahora lo sé: Puedo vivir sin ti, pero mejor contigo.

Una hermana es una hermana.

Lo más valioso que tengo en la vida, no puede medirse en quilates, ni en dolares o euros. Lo más grande de mi vida, no es algo perfecto, ni maravilloso; pero eso es lo que hace que sea especial, las locuras, las tonterías, lo cabezota que es, lo borde que suelta por la boca que, antes o después, compensa con una sonrisa picara.
Gente del mundo, hay que conocerla para saber lo que te estas perdiendo, es un diamante en bruto, un puñado de absurdos complejos y puede que la persona más celosa que haya conocido en mi vida, pero también es una gran soñadora que lucha por todos y cada uno de sus sueños. 
Me encantaría algún día llegar a ser la mitad de descarada, un cuarto de lo risueña que es y tener, yo todos sus problemas, para quitarlos de su cabeza y que sus ojos verdes destellen al mundo. 
Si a alguien le debo algo, es a ella, por todas las horas que lleva perdidas por mi culpa, por el cumulo de sonrisas que saca de mi cara día si, y día también, sin pedir nada a cambio. A todo esto, recuerdo que le debo algún que otro rompedero de cabeza cuando no comparto sus opiniones y acabamos discutiendo. 

Aun que bueno todo pasa al recordarnos una a la otra que una hermana, es una hermana. Y las hermanas lo son todo.