sábado, 21 de julio de 2012

¿Alguna vez has querido a alguien por encima de tu propia vida?


 Una persona que es más que una amiga, que es sangre de tu sangre; tu hermana.
 Esa persona a la que le debes sonrisas y abrazos, y que no te llegará una vida para pagarle miradas cómplices y silencios en los que se dice todo. Que nunca cuelga una llamada tuya, que aunque esteis juntas semanas enteras, cuando se va, aun tienes un motivo para coger el whats app y contarle algo; y empiezas a darte cuenta que no son los de siempre los que más van a estar a tu lado, si no, los que realmente te quieren.
 Tus planes no se hacen solo para una, si no, para dos; y sin compartir ADN, dices "mis hijos te van a llamar tía" o "nos veo en tacataca compitiendo por ver cual de las dos tiene más enfermedades".
 Poca gente esta dispuesta a darte lo mejor de ellas mismas y menos aun toda su vida, pero siempre hay una, una sola eso esta claro, que está dispuesta a levantarte cuando las demás solo quieren hundirte, a hacerte sonreír, cuando solo tienes lágrimas en el cuerpo; y a dejarse la vida por sorprenderte, por ser impredecible y así, verte siempre sonreír.
 Si asume tus problemas, se ríe de tus complejos, te comes más broncas de ella que de tu madre, soporta tus malas palabras o te dice que eres una puta borde de mierda, si te mira con cara rara si haces una tontería para luego ella superarla aun, es la primera en reírse si te caes pero luego va y te abraza solo con verte la cara de culo, si te dice que te echa de menos cuando aun no hace ni un día entero que os visteis, ambas sabeis a la perfeccion donde está todo en la casa de la otra o más bien es como vuestra segunda casa.

Señoras y señores, eso sí es amistad.

lunes, 9 de julio de 2012

Ich liebe dich.

Cada noche me despierto y miro mis mensajes, al igual que cada mañana y cada tarde. Nada, tú sigues lejos de mi, y sin preocuparte por mi pequeño corazoncillo desde que te fuiste de mi lado. Nunca va a haber otra en mi vida que no seas tú, mi vida; me dijiste antes de subirte al avión que te llevaría lejos de mi, sin billete de regreso.
Ahora, desde hace un mes, me planteo la duda de si me sigues queriendo, o si lo mejor será que rehaga mi vida.
Aunque, la primera idea que ronda mi cabeza es dejarlo todo y coger el primer vuelo a tu lado, buscarte en cualquier cama, en cualquier sonrisa.

lunes, 2 de julio de 2012

Lo más grande es vivir este momento.


Él juguetea con mi pelo, alegando que está practicando sus nudos. Después de un rato, sus manos se quedan quietas.
― ¿Qué?
― Desearía poder congelar este momento, justo aquí, justo ahora, y vivir en el para siempre. 
Normalmente este tipo de comentario, el tipo que insinúa su amor inmortal por mí, me hace sentir culpable y horrible. Pero me siento tan cálida y relajada y tan por encima de toda preocupación por un futuro que nunca tendré, que dejo que se escape la palabra:
― Vale.

Calla, sólo escucha.

 Párate un segundo y escucha, apaga el ordenador, la televisión, la música, silencia el móvil, hasta la lampara.  Quita todos y cada uno de los ruidos que tienes a tu alrededor, y escucha, es silencio.
 La cosa más maravillosa que tenemos y no sabemos apreciar, que es más bonito que tener silencio para apreciar la respiración aterciopelada de la persona que duerme a tu lado, por ejemplo, que mejor fondo para pronunciar esas dos palabras tan importantes para las personas como lo es un te quiero
 El silencio hace que todo sea especial, que la letra de una canción sea pura y podamos escuchar con todo detalle las palabras maravillosas de su autor, y que sentada en el sofá con un bote de palomitas, no te pierdas detalle de tu película favorita.
 Los mejores momentos de la vida pasan en silencio, el que se escucha en la sala de partos, cuando un niño acaba de nacer y su madre lo admira, feliz; como el que escucha un portero justo antes de parar el tiro que podía haber sido la derrota de una final, como cuando dices la ultima palabra y te sientes poderosa por que nadie sabe contestar.
 Aprecia el tesoro que le da valor a las cosas bonitas, imagínate una declaración de amor en una de las ajetreadas calles de New York, si es una ciudad preciosa para ello, pero el ruido de los coches ensordecería la felicidad de tus extremidades, y el humo de los coches, el brillo de tus preciosos ojos verdes antes de contestar que sí.