sábado, 28 de diciembre de 2013

FELICES FIESTAS.

 Diciembre llega abrazándote con tristeza, recordándote que estas navidades tienes a alguien que echar de menos. Falta gente en la mesa, en la familia y en tu vida; gente que se va porque la muerte aparece de repente y nos arrastra con ella y gente que se va por su propio pie, que aunque intentemos cerrar la puerta para que no nos abandone, lo acaban haciendo. Nos faltan sueños por cumplir y sin saber como solo nos vienen a la cabeza cosas que no hemos conseguido, como si cada mes de nuestra vida fuese un cúmulo de cosas malas y no hubiese ni una migaja de felicidad en nuestros días.
 Podemos hacer balance de nuestra vida cualquier día, pasar hora a hora y lamentarnos por todo lo malo que tenemos, pero no, elegimos la época que se supone que tiene que ser la más feliz del año. No nos alegramos por una cena en la que están todos los que tenemos con nosotros, pasamos una cena pensando "el año pasado el abuelo presidía la mesa" y esa tristeza solo se compensa con un aparatejo de última tecnología, un coche también de última tecnología o un piso en la playa. Nos estamos convirtiendo en animales fríos y superficiales, no es que no quede espíritu navideño, es que lo estamos matando.
 Estamos aprendiendo a vivir la navidad como días normales, paseamos por calles decoradas en las que suenan villancicos y el tumulto de gente nos impide disfrutar del paisaje, del placer de regodearnos en personajes que aparecen en las calles con una guitarra entonando eso de "feliz navidad, prospero año y felicidad".
 No es que los jóvenes ya no creamos en nada, porque si no creemos en nada es porque nos han enseñado a no creerlo, es que el consumismo nos ha hecho más materialistas que sentimentales. Y ese es el verdadero problema, los niños que no tienen sus juguetes de doscientos euros lloran, los mayores que no tienen sus caprichos de quinientos ponen malas caras; y eso es lo que debería preocuparnos porque los niños no entienden si estas navidades se están pasando con el cinturón más apretado que las pasadas y los mayores si. Ya veis, es triste que nuestros futuros adultos preferirán no comer por presumir de su nuevo iPhone 5, de su Audi Serie 1 aparcado en la puerta de su casa sin luz y de las fotos de una navidad sacadas con su Canon EOS 5D con una mesas vacías de ilusiones.
 En eso se basan ahora las navidades, en competir quien de todos tiene más juguetitos nuevos y caros de los que presumir el resto del año y no en disfrutar de la familia. Y así nos va.



domingo, 24 de noviembre de 2013

 La vida cambia, y eso es así. En cuestión de segundos puedes perder a la persona más importante de tu vida, darle la vuelta a tu mala suerte encontrando un billete en el suelo o enamorarte de la sonrisa de alguien.
 Lo que nos falta es valor para dar el paso a la felicidad porque nadie nos asegura que vayamos a conseguirla.

viernes, 22 de marzo de 2013

En esto que entras en una librería..


y te pierdes entre tanta estantería llena de lomos de llamativos colores, tantos libros, tantas palabras, tantas historias reales como nacidas de la imaginación prodigiosa de alguien.. y aquí estamos tu y yo. Desafiamos al destino, a cualquier historia de amor dispuesta para amantes jóvenes,  tenemos todos los factores para un Titanic en el siglo XXI o un Romeo y Julieta modernos; pero tu no te llamas Romeo y yo no soy la Julieta que cualquiera buscaría. Admito que tengo una virtud por cada mil defectos, soy borde casi siempre, suelo arreglarme solo para ir de fiesta, amo las sudaderas grandes, los tenis cómodos y los tacones muy muy altos para bailar en discotecas, las cosas moradas, el alcohol y el tabaco; pero no me gusta el olor que deja el humo, ni las mentiras, ni los novios melosos. Necesito mi espacio, pero soy la hostia de mimosa, me gusta que las buenas costumbres no cambien, la gente que rie sinceramente y la que hace lo que quiere a su manera, con personalidad y el verano, adoro las primeras versiones de historias; nunca pidas una segunda siempre va a ser diferente, si sabes la verdad no preguntes; te van a seguir mintiendo y otra cosa no, pero el tiempo no está para perderlo. Soy una chica de carácter difícil, pero muy fácil de ganar, me enfado muy rápido, no soy celosa y nunca pido explicaciones, me gusta la gente que da sin pedir nada a cambio, la gente que siempre esta y tengo la teoría de que con los amigos de toda la vida las locuras son mejores. No soy rencorosa pero si vengativa, no recordaré tu putada siempre pero si lo haré mientras no te devuelva el puñal; creo eso de que la gente debería tener una cura de humildad una vez en la vida, comerse una buena pared a veces ayuda a que la gente respete a los demás y se mire en el espejo antes de criticar a alguien o cuestionar un porqué hace qué cosa; ponte sus zapatos, vive su vida y después, si quieres habla. Que todos calladitos estamos más guapos. 
 
 Pero este no era el caso, el caso es que los casi tres mil kilómetros que nos separan y los buenos recuerdos que tenemos juntos, son los argumentos perfectos para que nuestra historia de amor salga bien; solo hay un inconveniente y es que yo si estoy dispuesta a aguantar tus pataletas fachas sobre lo bonita que es España, tus refunfuños sobre lo desagradable que soy y lo mal que te trato, soy capaz de cambiar por ti y volverme la novia más perfecta del mundo. Pero tú, tú estás haciendo el gilipollas, jugando en la distancia con un quiero y no puedo que, a la hora de la verdad, desahogas bajo las faldas de cualquier otra que seas capaz de meter en tu cama. Y aun que me haga la tonta Bonito, de tonta no tengo un pelo, pero ya dije antes: Si sabes la verdad, no preguntes; te van a seguir mintiendo y el tiempo en la distancia no está para perderlo.. Así que, sal con una sonrisa y cómete el mundo.

martes, 5 de febrero de 2013

La vida son dos días.

  
 Y aquí estamos para vivirlos. Llevo cinco meses viviendo entre libros, deseando acabar el último año de bachillerato. Conozco a la perfección a Aristóteles, Descartes, Carlos III, Napoleón o Maria Cristina; pero casi no recuerdo el tono de voz de mi mejor amiga, lo que es un abrazo de mi mejor amigo, un beso de mi novio o los gritos desesperados de mi grupo de amigas. 
Echo de menos el calor del sol en la cara y el aire del invierno al lado del mar, los cafés calientes acompañados de un cigarro en la terraza de siempre detrás del transitado centro de la ciudad. Pero solo pienso en el verano, en acabar con esto rápido y poder escaparme a Madrid un año más, con mucho calor y fiesta por delante.
 El que algo quiere algo le cuesta, así que nos vemos en verano.